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Felíz día del nombre, Astharia



—¿Cómo dijiste que se llamaba? —Kevan se arrebujó en su capa y se quitó los guantes para acercar los dedos unos instantes ante el fuego. En días como aquellos se podía ver al Muro llorar, pero incluso en esos días, hacía frío. Cuando pasó un rato y vio que el fuego tampoco hacía mucho más que alejar a lobos y, si tenían suerte, a algún huargo, decidió ponerse los guantes, suspirar, ver su aliento condensarse y esperar la respuesta de su compañero.

—Astharia, se llama Astharia —Cuervo miró con reproche por el uso del pasado en aquella pregunta, como si ella ya no estuviese. En su interior ella estaba todos y cada uno de los días de su vida. Kevan se encogió de hombros y sonrió.

—Disculpe, Lord Cuervo, miseñor—siguió mofándose. Se había acostumbrado a aquel apodo, a aquel tratamiento sarcástico con el que le trataban. A veces eran simples bromas, pero aquel día no estaba para nada —. Solo ha sido un despiste, se que en alguna torre su señora estará clamando por ver de nuevo tu capa desvencijada y tu barba sin afeitar.

—Déjalo ya, Kevan, por favor. Y aunque no lo creas, ella si debería de recibir el tratamiento de Lady. Aunque no lo parezca, creo que era de la Sangre del Dragón — no pudo evitarlo, hablar de ella le había vuelto a recordar sus ojos de aquel verde tan intenso, como místico, y en su aliento, que calentaba sus sueños las noches frías en Guardiaoriente del Mar.

—Claro, una Targaryen de pelo oscuro, ladrona y vagabundeando como una bandida por los bosques. Que apoden al rey el Loco no significa que todos estén tan pirados. Te engañó, te estafó, y ahora estará abriéndose de piernas para algún Ser —. Cuervo giró la cabeza y echó nieve en el fuego, para apagarlo, y se levantó. —¡Eh! Vale, vale... nada, ya me callo. Pero vamos a quedarnos un rato más.

—Quédate y que te lleven Los Otros —odiaba que la trataran con ese desprecio, y que se mofasen de su amor, al que calificaban de ridículo. Sabía que era un Guardia de la Noche, que tendría que olvidarla, vivir por y para la Guardia, pero no tenían derecho —. Quiero volver antes de que anochezca, prepara a los caballos —Kevan aceptó a regañadientes, se levantó, y fue a buscar al lugar donde habían atado a los caballos para que estuviesen algo más resguardados.

Cuervo caminó un par de pasos y se acercó a un viejo Arciano que habían encontrado hacía unas horas. No había sido marcado con la característica cara que solían grabar los antiguos hombres, y eso le daba un aspecto más sagrado, y más ahí, en las tierras heladas de más allá. Acarició la corteza del árbol y después se apoyó en él. Miró al cielo, que ya estaba empezando a oscurecer, y cerró los ojos mientras oía como su compañero se acercaba para partir prestos de vuelta al castillo, bajo el calor de la chimenea y con algo de vino especiado en el estómago.

—Venga, miseñor, vámonos —dijo con una sonrisa para intentar sacar una sonrisa a su amigo. A pesar de todas esas ensoñaciones, Kevan consideraba a Cuervo un buen amigo y un buen compañero, y gracias a su habilidad ya le había salvado varias veces en sus incursiones en aquellas tieras, y no quería verlo tan triste por una mujer que posiblemente nunca lo amó de verdad. Cuervo abrió los ojos, lo miró y ladeó la cabeza con una sonrisa melancólica.

—¿Sabes qué día es hoy? —dio una palmada a su amigo y se subió al caballo. Él lo imitó y tiraron de las riendas para ir al trote.
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—¿Día de albóndigas? Están estupendas, la receta que han traído de Braavos es genial, parece que saben hacer algo más que matarse a plena noche los unos a los otros —rió de buena gana.

—Que va, es su día del nombre -se quedó un rato en silencio —. De Astharia -añadió al ver que había perdido el hilo de la conversación.

—Pues nada hombre, en cuanto lleguemos brindaremos a la salud de tu amada, ¡por ese año más!


3 comentarios:

Azul dijo...

Pues eso, no es el texto de 10 páginas que te tenía preparado y corregido en mi ordenador (que se lo lleven los Otros, grrr, que se ha estropeado en el peor momento) pero he improvisado uno sobre la marcha. Espero que te guste.

¡Feliz día del nombre!

Miaka dijo...

Muchísima gracias Cian, ha sido todo un detalle y me ha encantado! Es el mejor regalo que he podido recibir por el día del nombre!!! Sabes que adoro como escribes, y más si es una historia dedicada a Lord Cuervo y Astharia Targaryen.
Y que los otros se lleven a tu ordenador! arg!Muchas gracias por tomarme la molestia de improvisar algo y escribirmelo aquí! Algún día Astharia de reencontrará con Lord Cuervo estoy completamente segura de ello, y tal vez ya no vista de negro.
(ありがとうございます

Bövi dijo...

Bonito detalle (Y)
Aunk no creo k lo capte tanto como otros k si k se ayan leido Cancion de hielo y fuego si no me ekivoco, no?

En fin, buen texto y bonito detalle.

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Música de la ruta prohibida

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